Sin embargo, la tradición estuvo en peligro de extinción a finales del siglo XVIII, cuando los misioneros rusos, creyendo que las máscaras eran una manifestación de paganismo, empezaron a destruirlas. Esto provocó la pérdida casi total de este antiguo arte.
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Sólo se han conservado unos pocos ejemplares, gracias a los esfuerzos de científicos y coleccionistas. Las investigaciones demuestran que la tradición de fabricar máscaras se remonta al menos al siglo XVI. En la actualidad, las comunidades yupik de Alaska están recuperando su patrimonio cultural y resucitando el arte de las máscaras como parte importante de su identidad.