Emmanuel Lidden, un australiano que pretendía construir una colección de todos los elementos de la tabla periódica, fue encarcelado tras intentar importar plutonio de Estados Unidos a Sídney. Sus acciones atrajeron la atención de los guardias fronterizos y la policía australianos, lo que provocó su hospitalización y la de su familia, aunque no se descubrió que sufrieran envenenamiento por radiación.
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Lydden se convirtió en la primera persona acusada en virtud de la Ley de No Proliferación Nuclear de Australia, con una posible condena de 10 años de prisión. Sus abogados lo describieron como un «coleccionista inocente» que se dedicó a coleccionar objetos por ingenuidad. Los fiscales, por su parte, argumentaron que sus acciones crearon un mercado de materiales ilegales.