Un espacio de juego al aire libre también requiere preparación. Como mínimo, asegúrate de que no haya agujeros ni ortigas en la zona elegida. Piensa también en cómo limitar la zona de búsqueda para que los pequeños participantes no se pierdan. Tal vez quieras tender cuerdas entre los árboles con banderines de papel, o dibujar un límite con tiza en el pavimento.
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Marca las ubicaciones de los escondites con pistas
Por un lado, los escondites no deben ser demasiado obvios (por ejemplo, un hueco visible en un árbol no es una buena opción) y, por otro, deben estar de forma que los niños puedan encontrarlos.
Por ejemplo, si la pista con la tarea está hecha en un trozo de papel, un jarrón con caramelos en envoltorios de papel será un buen escondite. La foto puede colocarse en la nevera, fijándola con un imán entre otras imágenes.
Para la búsqueda, en la que participan niños muy pequeños, basta con 5-6 geocachés, de lo contrario se corre el riesgo de que los niños estén muy cansados. Pero con los adolescentes tendrás que ser imaginativo: marca al menos 10-15 lugares para pistas ocultas.
